María Ronderos, Enfermedad de Crohn, Asturias, España.

Enfermedad de Crohn

"Ante las enfermedades y sus secuelas hay dos opciones, vivir o encerrarte en casa y dejar pasar el tiempo"

María Ronderos

María Ronderos

Imagen de perfil de María Ronderos, Enfermedad de Crohn, Asturias, España

Tengo enfermedad de Crohn desde el año 1.999, hace dos años me hicieron la ostomía como consecuencia de ella. Al principio, cuando me lo dijeron, fue duro, lloré, porque no quería vivir con una bolsa pegada al cuerpo. A todos nos gusta ser queridos y yo pensaba que no podía volver a tener pareja y que siempre iba a estar sola.

El post operatorio fue muy doloroso, lloré mucho, pero en cuanto salí del hospital, me di cuenta de que no estaba tan mal, me di cuenta de que podía normalizar mucho mi vida, cosa que antes no podía hacer, sobre todo provocada por la incontinencia fecal, por las fístulas anales. A raíz de ahí, mi vida cambió para bien.

Las limitaciones con la ostomía son las las que tenemos todos, no podemos hacer ejercicios de rebote, saltar, correr, pero tampoco es algo que yo hacía habitualmente en mi vida, con lo cual, tampoco me condiciona. Me condicionaba más la enfermedad de Crohn que la osotomía, por ejemplo para trabajar, ya que con las fístulas no podía estar sentada, ni estar mucho tiempo delante de un ordenador porque se me inflamaban los ojos, y al final, me dieron una incapacidad laboral.

La ostomía en si, no limita, lo que nos limita es la no adaptación de la sociedad a la ostomía, no hay baños adaptados para las personas con ostomía. Si sales de casa y necesitas cambiar la bolsa, o vaciarla, no tienes donde hacerlo, esas adaptación es tan ridícula que no entendemos que no exista. Por hacer una comparativa y no por ello estoy en contra, si no a favor de que haya más baños para personas con movilidad reducida, pero personas en silla de ruedas hay 50.000 en España y ostomizados somos más de 125.000 y la cifra crece un 5 por ciento anualmente, entonces no entendemos por qué no hay baños adaptados para nosotros, por qué no podemos ir a un hotel, a un cine, a un teatro o a un estadio de fútbol.

Aquí, en Oviedo si hemos conseguido que se hagan baños en el estadio de fútbol, en el teatro, en el auditorio, en el Palacio de los Deportes o en el HUCA, pero ha sido a base de pelear mucho. Es muy complicado que a una persona, a título individual, la escuchen. Mi concepto de las asociaciones de pacientes es que se tienen que preocupar de conseguir las cosas que mejoran nuestro día a día, esto no pasa solo por recibir atención psicológica, que si que te la dan, aunque a veces no es a corto plazo, si no por resolver las cuestiones de nuestro día a día, como los baños adaptados que he comentado o el poder aparcar de manera urgente en un sitio para no tener que dejar tirado el coche en medio de la calle, si te revienta la bolsa o se te despega, si se te llena y tienes que vaciarla y tienes que ir corriendo a un cuarto de baño, aunque no sea adaptado. No puedes ponerte a cambiar la bolsa en medio de la calle, si te pones a buscar aparcamiento, imaginaros lo que nos puede pasar, te manchas de arriba abajo. Esto no está solucionado; las personas con movilidad reducida pueden aparcar en zonas habilitadas para ello, nosotros no. Las asociaciones de pacientes tienen que solucionar este tipo de cosas que es para lo que se concibieron en su día, cuando empezaron a aparecer.

En la ley de accesibilidad se deberían de tener en cuenta estas cuestiones por ejemplo en las normativas de construcción, simplemente bastaría hacer los cuartos de baño adaptados a personas de movilidad reducida un poco más grandes para poner un wáter a la altura de la cintura con un espejo, un enjuagador de bolsa y una encimera y ya está.

Hasta ahora los cuartos de baño que hay en España, no superan los 35 en total.

"Cuando llevas enfermo la mitad de tu vida, das valor a las cosas que realmente lo tienen y lo superficial te da igual"

Foto de la historia de salud de María Ronderos, Enfermedad de Crohn, Asturias, España

El diagnóstico en el año 1999, con 25 años, coincidió en Semana Santa, en mi primer año de carrera de comunicación audiovisual y ya no volví a clase hasta pasado mes y medio. Lo primero que notaron mis compañeros y por lo que sentí fatal fue mi cambio físico debido a un tratamiento con corticoides muy fuerte. En un mes había engordado 28 kilos. Tenía la sensación de que mis compañeros me miraban en el pasillo y se daban cuenta de lo gorda que me había puesto. Yo, pensaba por ellos, eso me creó un estado de ansiedad y depresión bastante fuerte, no pedí ayuda profesional y lo afronté como buenamente pude, encerrada en mi casa y estuve prácticamente tres años sin salir.

Cuando volví a salir a la calle ya era otra, ya había adelgazado, estaba terminando la carrera, empecé a trabajar en televisión, con lo cual mi aspecto físico lo cuidaba más también, presenté los informativos en Tele Segovia. En ese momento la enfermedad me importaba poco, profesionalmente estaba avanzando sin haber terminado la carrera todavía y empecé a sentirme mejor, hasta que vino el siguiente brote.

Con el siguiente brote, otra vez la misma historia, otra vez corticoides, otra vez a engordar y otra vez depresión. La depresión no me la provocaba la propia enfermedad, si no la retitrada de la medicación, los corticoides cuando los estás tomando tienes mucha euforia pero a medida que te los van retirando te produce un estado de depresión. Se pasa mal, se pasa muy, muy mal, llegas incluso a pensar en quitarte la vida.

Para mí, ha sido mucho peor la enfermedad de Crohn que la ostomía. La ostomía ha sido la solución a la enfermedad de Crohn.  

Más adelante me pusieron otros tratamientos que ya no eran con corticoides, eran con medicación biológica.

La incontinencia generada por las fístulas, te produce muchas inseguridad, porque si estás en la calle y tienes ganas de ir al baño o vas al baño, o vas, no tienes margen de medio minuto ni de medio segundo. Me ha llegado a pasar estando en mi casa, un piso pequeño, de cruzar la puerta de casa y no darme tiempo de llegar al cuarto de baño.

Todo esto se solucionó con la ostomía, ya no tenía esa urgencia para ir al baño, ahora la urgencia es vaciar la bolsa, si se llena, o cambiarla pero no el tener que salir corriendo, corriendo porque no llego al baño y me voy a manchar. La bolsa me dio mucha, mucha calidad de vida y he ganado mucha seguridad en mí misma, sobre todo a la hora de estar en la calle.

Al principio te genera inquietud porque nunca sabes cuándo te van a venir las heces, pero si sabes que nunca vas a defecar tanto como para que la bolsa se te llene entera y no te dé tiempo en llegar al baño.

En el momento del diagnóstico conocía la enfermedad porque se la habían diagnosticado dos años antes a una hija de una amiga de mi madre, entonces sabía lo que era. Pero en mi caso, no sabía a lo que posteriormente me iba a enfrentar, porque fue un Crohn muy agresivo que se agravó tras participar en un ensayo clínico con células madre para intentar cerrar la fístula, ya que tuve que dejar la medicación durante un tiempo para que no se viesen alterados los resultados de la investigación. La falta de medicamento provocó un brote que me llenó de fístulas todo el intestino. El tratamiento con células madre, parece ser que algo funcionó pero no lo suficiente.   

Seguí conviviendo con mis fístulas durante diez años hasta que ya no pude más  y me hicieron la ostomía. Me amputaron los tramos de intestino que tenía mal y me pusieron la bolsa. Al año y medio, me amputaron el ano, porque las fístulas seguían ahí haciendo de las suyas, me dolían mucho, con inflamaciones que me impedían poder sentarme.

En junio me he comprado una moto de 400 cc, ando en moto por ahí, a pesar de que voy con bolsa. La bolsa y la amputación del ano, no es el fin del mundo, es el principio de una nueva vida, hay que saber adaptarse a la nueva situación y ya está. He empezado a hacer cosas que me gustan y que antes no podía hacer, como montar en moto, o lo hago ahora o nunca. También hago voluntariado en la asociación de enfermos de ELA, organizo actividades recaudatorias para conseguir fondos, también colaboro con el Banco de Alimentos, llevando las notas de prensa, las convocatorias de prensa, relaciones con medios, no puedo ejercer mi profesión pero colaboro de forma puntual dos o tres veces al año y me quito la espinita de no poder ejercer el periodismo.

Ante una enfermedad o ante una osotomía, que es la solución a una enfermedad, hay que vivir la vida, que es muy corta y tenemos que apreciarla y más si cabe en estos tiempos con la covid-19, en los que hay mucha gente que se está muriendo, y muchos de los que están sanos salen a la calle y no hacen caso de las recomendaciones, yo creo que son personas que no aprecian su vida ni la de los demás.

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