Débora Pérez, Colitis ulcerosa, Girona, España.

Colitis ulcerosa

"El principio del fin, volver a vivir"

Débora Pérez

Débora Pérez

Imagen de perfil de Débora Pérez, Colitis ulcerosa, Girona, España

Pese a llevarme un duro golpe a los 25 años, "el diagnóstico"colitis ulcerosa, soy una persona resiliente. Cinco años después, con una colostomía total, una ileostomía y una fístula mucosa, miro atrás y veo el largo camino recorrido. Aún me quedan quirófanos pendientes y enfermedades inflamatorias relacionadas por controlar, pero empecé el principio del fin.

Tenía 25 años, hacía tan solo tres meses que había dado a luz... hormonalmente descontrolada. Sentí la palabra crónico, medicación de por vida y una enfermedad que jamás había escuchado, colitis ulcerosa.

Realmente no tuve miedo, sentí angustia y pena por mi niña, no sabía que sería de mi o de ella. Llamé a mi madre y no podía dejar de hablar, de hacer autopreguntas... mi madre me daba calma. Llegué a casa y me puse a buscar información, además debían hacerme una colonoscopia para confirmarlo...

Estuve dos años estancada, sin rumbo... de hecho, llegué a negar la situación y dejé de ir al digestólogo. Llegó el momento en que no podía ni salir a por pan y entonces decidí cambiar mi estado, estaba viviendo sin vida.

Cambié de centro, me apoyé en mi familia y pensaba en una sola cosa, poder llevar a mi niña al cole. Después de varios ingresos, hace dos meses, decidieron que mi solución era la colostomía total. Pasé por inmunosupresores, biológicos, terapias de leucocitoféresis y dos años y medio con mucha cortisona... mi cuerpo no respondía a nada.

Para mí, operarme, era la solución a mi angustia y puedo decir dos meses después, que no haya día, que no agradezca ser portadora de una bolsa de vida.

"Lo único que no tiene solución, es rendirse. Es una bolsa de vida "

Foto de la historia de salud de Débora Pérez, Colitis ulcerosa, Girona, España

Ahora tengo esperanza, tengo fuerzas y sé que esto es el principio del fin. No sé si en un año podrán quitarme la bolsa o no, pero doy mi palabra, que es lo que menos me importa. Estoy adaptándome a mi complemento pero agradecida por poder llevarlo.

Dicen que mi actitud es un ejemplo y yo creo que no, que yo tenía claro que era mi única opción para volver a ser feliz. Pienso en todo lo que he podido volver a hacer y todo lo que haré cuando mi cuerpo se acostumbre. He podido llevar a mi hija al colegio, he podido sacar al perro a pasear, puedo salir por las mañanas sin miedo a no encontrar un lavabo... vivir sin miedo y sin un radar de lavabos....Vivir tranquila y sin miedo a hacer cosas a sociabilizar...

He dejado la cortisona y el llorar porque la medicación no me hace efecto, de pasarme 5 días encerrada y dos en el médico, a tener una vida completamente inesperada. Poder volver a hacer planes y marcarme fechas y horas en la agenda. No tengo más que agradecimiento hacia mi bolsa y hacia el personal médico que lo hizo posible.

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