Luis Fdez, Adicción y toxicomanía, Ciudad Real, España.

Adicción y toxicomanía

"La vida es muy bonita y me ha dado una segunda oportunidad, me he agarrado a ella con todas mis fuerzas"

Luis Fdez

Luis Fdez

Imagen de perfil de Luis Fdez, Adicción y toxicomanía, Ciudad Real, España

Me llamo Luis, tengo 42 años, la primera vez que probé el alcohol fue con trece años y la cocaína con dieciocho. Estuve 22 años consumiendo alcohol y cocaína y ahora llevo dieciocho meses sin consumir.

Al principio fue un consumo pequeño, comparado con el que tuve al final del proceso de adicción. Consumía esporádicamente y poca cantidad, con los amigos, cuando salíamos en fiestas y cumpleaños. Así,  hasta que en los últimos siete u ocho años el consumo se fue incrementando, ya eran todos los sábados, incluso por semana, y las cantidades también iban aumentando, no era un consumo muy alto pero si muy seguido.

Mi consumo siempre era de alcohol y cocaína, siempre estaba relacionado,  no ocurría una cosa sin la otra. Llegó un momento que necesitaba la cocaína para cualquier cosa, llevaba cocaína en el bolsillo hasta para hacer un recado, para ver un partido de futbol, para cualquier cosa, era una vida siempre con la cocaína, no podía hacer nada sin ella. Uno empieza a darse cuenta cuando tiene unas ganas locas de que llegue el viernes para empezar a consumir, luego ya era cada dos días y empieza a consumir solo, sin ningún tipo de excusa, celebración o fiesta , cuando sales de trabajar y vas directamente a comprar y consumir, no te importa ni siquiera comer. Era un día de consumo y al día siguiente de resaca y así todo el tiempo. No podía remediarlo, tenía que ir a comprar y consumir porque me lo pedía mi cuerpo.

En el trabajo me produjo muchas limitaciones, tuve problemas serios, incluso me despidieron una vez durante unos días en modo “aviso”, mis compañeros se daban cuenta, ya estaba “enfilado” y a la mínima sabía que me despedirían. Yo estaba insoportable, nadie me podía decir nada, a la mínima saltaba, había veces que no iba a trabajar de lo mal que estaba, fue una situación mala porque aparte tener mal estado físico y psíquico, la situación que se crea es terrible, siempre estas con deudas y con ganas de conseguir dinero para ir a consumir.

Mis padres no estuvieron muy enterados, son personas mayores y sabían que no estaba bien, pero no entendían ni sabían nada del mundo que rodea a las drogas.

Mi pareja fue la que me ha hecho respirar y abrir los ojos, que, por cierto, nos casamos ahora, después de una relación de cinco años y tres años tirando de mí para dejarlo hasta que se hartó y se fue de casa. Eso fue lo que me hizo abrir los ojos del todo, yo sabía que podía dejarlo pero también sabía que no estaba haciendo todo lo que podía, y otra cosa que me repetía mucho era,  que podría hacer cuando dejara las drogas, que iba a ser de mí, había pasado toda mi vida relacionado con las drogas y no sabía lo que me podía encontrar, saber vivir sin drogas, hacer las cosas cotidianas sin la droga. Pero se me iba la vida, la afectiva, la laboral, la personal, todo. En ese momento hablé con mi pareja y fui a hablar con mis padres, ellos como yo en ese momento, no entendieron la enfermedad y el disgusto fue tremendo, me dijeron que no me querían volver a ver hasta que no les demostrara que lo había dejado, estaba desesperado y sin poder dejar de consumir.

Gracias a un amigo de mi hermano que había estado en la asociación ADAR me propuso que lo acompañara, que él había salido, había estado mucho peor que yo, con problemas más graves que los míos.  A la asociación fui con mi pareja y con mi madre, es conveniente ir con los familiares porque les indican lo que tienen que hacer con el enfermo. Allí los compañeros te cuentan cuales fueron sus problemas, lo que hicieron para salir y te vas dando cuenta de que hay personas con problemas mayores que los tuyos, que no estás solo, que hay personas  que han pasado por lo que tú has pasado y ahora están estupendamente, con vivencias parecidas a las tuyas, escuchas lo que han hecho para salir, empiezas a sentir envidia sana y a pensar… “yo quiero estar así”, si ellos lo pudieron conseguir, yo también lo puedo conseguir. Además los compañeros siempre están pendientes de ti.

Al principio estuve un mes en un sillón, sin poder moverme, medicado con antidepresivos y ansiolíticos y con una ansiedad brutal, siempre vigilado, como un preso, por mi pareja, no podía dejarme ni salir solo un momento.

A los quince o veinte días de dejar de consumir empiezas asentir mejoría, se nota enseguida, cada vez me notaba mejor, pero tengo que decir que los seis primeros meses lo pasé fatal, me acordaba a todas horas, soñaba por la noches con la cocaína, siempre la tenía en la cabeza, no salía prácticamente nada.

La asociación ADAR fue mi pastilla para la enfermedad, estaba deseando que llegara el viernes para ir allí, contar mi experiencia y volvía a casa nuevo, mi objetivo era aguantar hasta el viernes siguiente. Se crea un vínculo muy especial, ya dejan de ser compañeros, para mi es una familia, que se preocupan por ti y tú te preocupas por ellos y piensas que, después de lo que se han preocupado por ti, no les puedes fallar, no les puedes decir que has recaído.    

"Si lo he conseguido yo, lo puede conseguir cualquiera"

Foto de la historia de salud de Luis Fdez, Adicción y toxicomanía, Ciudad Real, España

Así van pasando los días, las semanas y los meses y ahora llevo un año y medio limpio, me encuentro muy bien, con mucha fuerza y veo la luz al final del túnel, sé que esto es una enfermedad crónica que me acompañará toda la vida. En el trabajo ha cambiado todo, vuelvo a ser Luís, un buen compañero, y me ha valido también para saber quiénes son mis amigos, de todos los que tenía me ha quedado medio,  eran amigos de consumo, parecíamos uña y carne y luego te das cuenta de que no, de que la realidad es distinta, de que cuando dejas de consumir y salir ya no le interesas, no lo entienden y te llevas una decepción enorme que todavía no he superado. Me ha quedado la familia, mis hermanos, mi compañera y mis padres.

El objetivo es disfrutar de la vida sin droga. Todavía me queda bastante, pero la rehabilitación consiste en eso, en aprender a vivir sin droga, divertirte, salir…, todo, una vida nueva.

A una persona que me conoce le diría mira como estaba y mira como estoy,  lo que era y lo que soy ahora. Yo te ayudaré. No soy Superman y si yo pude y sigo intentando salir, seguro que tú puedes. Aquí todo el mundo puede, el que quiere, puede. Si lo he conseguido yo, lo puede conseguir cualquiera. Vas a ver la vida de otra manera, a tu familia de otra manera, vas a empezar a estar tranquilo, porque esto es un infierno que te lleva donde te lleva, a sufrir hasta pensar en quitarte de en medio y a hacer cosas que no quieres pero tienes que hacerlo por la droga. La droga te destruye a ti y a los que tienes alrededor.

Ahora para mí lo más importante es seguir rehabilitándome, y ser una persona más feliz, que sé que lo puedo ser. Intentar luchar. La vida es muy bonita y me ha dado una segunda oportunidad, me he agarrado a ella con todas mis fuerzas y voy a intentar disfrutarla. Problemas siempre hay, pero se pueden buscar soluciones y alternativas.

Disfruto  de cosas que se me habían olvidado, de un paseo, de una conversación con mi pareja, con mis hermanos, de mis sobrinos, ahora los veo, los busco, se me cae la baba jugando con ellos, los quiero mucho, disfruto también cuando voy al supermercado, de ir a trabajar sin estar cabreado, en el trabajo…

Y estamos esperando un bebé, imaginaros…, con una ilusión bárbara.

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