Sandra Toril, Osteoporosis, Madrid, España.

Osteoporosis

"Ante la osteoporosis y la artrosis no dejes nunca de caminar, busca un apoyo y sigue adelante"

Sandra Toril

Sandra Toril

Imagen de perfil de Sandra Toril, Osteoporosis, Madrid, España

Me llamo Sandra, tengo 43 años y hace cuatro años que me diagnosticaron osteoporosis severa y aplastamientos vertebrales múltiples dorsales y lumbares. También tengo artrosis lumbar. Como consecuencia de ello, tengo una limitación funcional en la columna, pues no tiene la movilidad ni la fuerza que debería tener. Y por el riesgo de nuevas fracturas no puedo coger peso, ni hacer esfuerzos y tener mucho cuidado con los movimientos "no controlados". Además convivo con un dolor crónico, yo ya no sé lo que es pasar un día sin dolor.

Me diagnosticaron la enfermedad a los tres meses de dar a luz a mi hija. He de decir que tuve un embarazo muy bueno, sin dolor ni molestias. Además fue muy deseado pues, tras seis años de lucha con tratamientos de fertilidad, conseguí quedarme embarazada. Creo que sólo la mujer que recorre el camino de la infertilidad comprende la lucha física y emocional que supone este recorrido de obstáculos hasta conseguir tu mayor deseo: el embarazo.

Pero en mis dos últimos tratamientos y durante todo el embarazo tuve que tratarme porque me diagnosticaron una Mutación en el Factor XII de la coagulación, y éste tratamiento servía para evitar trombos y el riesgo de aborto. Una semana antes del parto tuve una fractura de pubis, pero no fue hasta después del parto, que me hicieron una radiografía, cuando la diagnosticaron.

Los tres meses siguientes pasaron como si fueran años para mí. El primer mes tuve que hacer vida cama-sillón hasta que se consolidó la fractura. Y después, como seguía aquejada de fuertes dolores de espalda y apenas podía sostenerme de pie ni caminar, acudí a varios médicos que, sin hacerme ningún tipo de prueba, lo achacaban a falta de masa muscular. Finalmente conseguí hacerme una Resonancia Magnética privada y me diagnosticaron fracturas vertebrales y osteoporosis severa.

Cuando escuché el diagnóstico sentí un ahogo, un miedo tremendo, mi cabeza no paraba de hacerse preguntas:¿Porqué tengo osteoporosis si soy tan joven, 39 años?. ¿Hay otra enfermedad grave o un cáncer que lo causa?. ¿y ahora qué?... y lo que más miedo me daba ¿Cómo voy a cuidar a mi hija?.

Inmediatamente me prescribieron un corsé, que por un lado aliviaba mi dolor de columna y por otro lado aumentaba el sufrimiento de verme impedida y necesitada de la ayuda de los demás para cuidar a mi hija.

El paso siguiente fue acudir al reumatólogo quien me prescribió el tratamiento contra la osteoporosis y, tras hacerme una batería de pruebas, descartó otra patología causante. La reumatológa me explicó que es muy raro que ocurra, pero que hay descritos casos de osteoporosis en el embarazo, y que también la medicación que me dieron es osteopenizante, aunque son casos muy excepcionales.

Mi reacción a todo esto fue: ¿Y porqué me a tocado la "china" a mí?.

Después de tanto luchar por tener a mi niña, ahora no podía cogerla en brazos, ni darle el pecho, ni meterla ni sacarla de la cuna... porque no podía coger peso y todavía necesitaba ayuda para actividades básicas como levantarme, vestirme, ducharme, caminar. Era duro verme impedida y sentirme una espectadora viendo como otros brindaban a mi hija los cuidados que yo no podía. Pero sólo tenerla en brazos ya me hacía feliz y me daba fuerza. Además en mi interior sabía que no podía quedarme sentada. ¡No!... mi hija me necesitaba, necesitaba una madre fuerte, y aunque no la pudiera coger, podía estar siempre ahí.

Además tenía el apoyo de mi marido y mi familia, que también sufrían conmigo, y ellos nos cuidaban a las dos. Los tuyos son el mejor apoyo que puedes tener para seguir adelante. Así que en esos momentos saqué fuerza de la sonrisa de mi hija y apoyándome en mis familiares empecé a informarme de qué tenía que hacer para recuperarme, para recuperar masa ósea.

Aparte del tratamiento farmacológico y un aporte de calcio y vitamina D con una dieta saludable, caminar es el mejor ejercicio para generar hueso. Así que cada día me ponía el dichoso corsé y salía a caminar apoyada del brazo de mis padres, mi marido o apoyada en la silla de mi hija. No era fácil, no, pues sólo con estar de pie tenía dolor, pero sabía que si me quedaba sentada el dolor sería mucho mayor.

A los pocos meses me retiraron el corsé y empecé a hacer Pilates. Otro reto, las clases de Pilates. Pero con mucho esfuerzo he conseguido ganar fuerza, equilibrio y movilidad. Todo dentro de mis posibilidades, claro. Una frase de Joseph Pilates que me ha acompañado en este tiempo dice:

"Todo cambio se produce a través del movimiento, y el movimiento cura".

Pero, aunque no es fácil reconocerlo, al poco tiempo necesité ayuda profesional para gestionar mental y emocionalmente todo lo que me estaba pasando. Me veía tan limitada para hacer las cosas, tenía tanto miedo a nuevas fracturas y el no poder trabajar, hacía que los días fuesen duros de llevar.

"Ni las limitaciones físicas ni el dolor pueden frenarnos, deben ayudarnos a pensar cómo hacerlo de otra manera"

Foto de la historia de salud de Sandra Toril, Osteoporosis, Madrid, España

Acudir a la psicóloga fue una liberación para mí. Desde el minuto uno me hizo comprender que yo "SI PODÍA". Tenía que apartar de mi mente el "NO PUEDO" por "PUEDO HACERLO DE OTRA MANERA". Y tras la primera sesión, coloqué el cubo de basura sobre un taburete, para no tener que agacharme y poder cambiar la bolsa sin forzar mi columna. Algo tan simple me produjo una alegría tremenda. Sentí un desahogo, como si mi mente se despejara. Y poco a poco introduje cambios en mi casa y en mi vida. Como comprar un bastón con pinzas en el extremo para coger las cosas del suelo, recolocar los armarios de la cocina para tener las cosas más a mano y no tener que agacharme para coger una olla o alzarme para alcanzar un paquete de arroz, comprar un carro de la compra adaptado con cuatro ruedas. También aprendí a cambiar el pañal a mi hija estando ella de pie y yo sentada en una silla. Todo con el fin de ser más autónoma en mi cuidado, en el cuidado de mi hija y poder volver a hacer muchas cosas. Y en el presente sigo haciéndolo cada vez que se presenta alguna dificultad.

¡Es tan importante no quedarte parado!. Para los que tenemos osteoporosis CAMINAR es muy importante para la salud de nuestros huesos. Pero también he aprendido que igual de importante es seguir caminando tanto física como mentalmente. Aunque tengamos obstáculos hay que pensar como bordearlos. Pues ni las limitaciones físicas ni el dolor pueden frenarnos, deben ayudarnos a pensar cómo hacerlo de otra manera. Porque si paramos el dolor será mucho mayor, pues ya no será sólo físico, sino también mental.

Creo firmemente que en esta vida las cosas ocurren por algo. En mi caso, esta enfermedad me ha dado la oportunidad de pasar las 24 horas del día con mi hija, y me siento afortunada por ello. Cada mañana busco su sonrisa, que me llena de energía y me pongo a caminar. Y cuando aparece el dolor en la espalda, intento que no me pare, dejo que me acompañe haciendo las cosas "a mi manera", "a mi ritmo". Porque lo que tengo que frenar es el avance de esta enfermedad degenerativa informándome, teniendo hábitos saludables, haciendo ejercicio y rehabilitación.

No puedo frenar las ganas de seguir haciendo cosas, de ser feliz, de seguir caminando junto a mi familia a la que tanto debo. Pues con cada paso vamos recorriendo el camino de la vida y de la felicidad.

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