Alejandra Alvarado, Fibromialgia, Fuera de España, Argentina.

Fibromialgia

"Nunca bajes los brazos y la esperanza"

Alejandra Alvarado

Alejandra Alvarado

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Soy una guerrera de 54 años... sin saber luche con el dolor, en contra de los que no me acompañaron...

Hola soy una mujer de 54 años , hace 15 años me descubrieron hipertiroidismo con bosio a los años se convirtió en hiportiroidismo y hace 5 años tengo tiroiditis de hashimoto , mi caminar por esta dolencia física comenzó meses antes de la pandemia. Dolor muscular en todo el cuerpo, donde me arrodillaba y no podía levantarme del dolor muscular. En marzo del 2020 me levanté por la mañana y la verdad que el dolor que tenía me impedía levantarme de la cama, no me podía calzar las zapatillas, como estábamos en plena pandemia pensé: !tendré covid! .

Me fui a La Guardia porque no podía caminar y tenía dolores muy fuertes de cabeza; en eso me atiende y una doctora me dice: “para mi es fibromialgia”. La verdad, no lo tomé en serio, dije: “es un dolor de musculo solamente”. Me recetó anti inflamatorio y me mandó a la casa. Después, en plena pandemia, tuve una anemia y después, se me alteraron los valores de la tiroides. Todo lo relacioné con mi dolor. Yo, que era una mujer que te caminaba todo, que deportivamente hacia 10 kilómetros, pasé a hacer dos cuadras.

Comencé a tener dolores en un brazo, después en el otro y así fueron mis dolores acrecentando. La verdad, me sentía frustrada, porque me sentía muy mal. En el medio de todo esto, a mi mamá le diagnostican alzheimer. Más frustración sentí. Había que cuidar a mamá. Yo no sentía energía para llevarme a mí misma, menos para poder llevar adelante lo de mi mamá.

Pasaban los meses y mi dolor era cada vez más aumentativo, me hice cargo de mi vieja, peleé con mis hijos porque no entendían que yo también estaba mal. En el medio me aparecieron cálculos en la vesícula, mis dolores eran terribles. El médico que me trataba no quería hacerme la cirugía por estar en pandemia, y yo me sentía peor. Mis valores de mi tiroides que subían más de lo normal, que se bajaban más de lo normal. Después de una extensa pelea con el cirujano deciden operarme de vesícula, y me sentí aliviada por un lado, pero a los días, cuando me permitieron consumir lácteo, empecé otro calvario. Intolerancia al lácteo, la endocrinóloga me dijo que si era así, que no tomara leche ni yogures, y mis dolores continuaban y ¡no encontraban que era!. Al tiempo comenzaron a dolerme las manos y no podía ni abrir un frasco de dulce. Me levantaba como podía y me iba a cuidar a mi mamá. Me sentaba en el auto y no me podía bajar. Cada día me incapacitaba más esta enfermedad, pero yo firme, con la mejor energía y predisposición.

Cuando veía que nada me calmaba y dormía muy mal, me levantaba como podía porque los pies me dolían, las rodillas, la cabeza, era terrible el dolor. Decidí ir a una doctora y contarle lo que me pasaba. Ella automáticamente comenzó con análisis y en la consulta le conté que había una vez una doctora que me había dado un diagnóstico, pero nunca pudimos corroborar si era así. Ella me ayudó a descubrir que lo mío era fibromialgia, me derivó a un reumatólogo y él me dijo: “tienes los 18 puntos de una fibromialgia”.

"Jamás bajar los brazos !!! que el dolor no te quite la sonrisa..."

Hoy estoy medicada y con tratamiento, para mi tiroides y mi fibromialgia y estoy buscando alternativas para que me alivien cada vez más el dolor.

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