Mª Amparo Luque, Cáncer de mama metastásico, Alicante, España.

Cáncer de mama metastásico

"Lo realmente notable es lo que llevamos dentro, lo que sentimos, deseamos y queremos"

Mª Amparo Luque

Mª Amparo Luque

Imagen de perfil de Mª Amparo Luque, Cáncer de mama metastásico, Alicante, España

Soy Mª Amparo Luque Guillem y simplemente quiero contar mi historia por si puede servirle a alguien. Terminé mi carrera de Filología Hispánica en 1998 y realicé el CAP en 1999. Desde esa fecha encaucé mi vida laboral hacia otros lares ajenos a la docencia (no por falta de vocación sino por la necesidad económica del momento).

A finales de 2008 noté un pequeño bulto en mi mama derecha. Al principio no le di importancia pero fui al médico, quien me dijo (sin hacerme ningún tipo de pruebas) que era un quiste benigno de grasa y que me olvidara de aquello.

En el año 2009 mi vida cambió por completo. En abril me confirmaron que mi hija, de tan solo 3 años de edad, tenía una malformación congénita en la aorta y por eso se ahogaba y respiraba con dificultad. Para poder "curarla" era necesario someterla a una intervención quirúrgica.  Fue devastadora aquella noticia. No sé si fruto del disgusto o simplemente porque tenía que ser así, aquel pequeño bulto de mi pecho empezó a crecer. Acudí de nuevo al médico, (esta vez a un prestigioso cirujano de la localidad donde resido) quien me dijo que estaba "obsesionada" y que me olvidara de ese bulto de grasa.

Me volqué en las pruebas y demás procedimientos médicos para buscar una solución al problema de mi hija y cuando ya estaba casi todo listo para la operación de mi princesa, el bulto ya era bastante considerable y volví a la clínica privada de este "reconocido cirujano", quien al ver mi pecho de nuevo, se asustó y me dijo textualmente: "esta no es la mama que yo había visto anteriormente".
No tenía buen aspecto mi pecho y se confirmaron los pronósticos: cáncer de mama.

Paralizamos todo el proceso curativo de mi hija pues la prioridad, en ese momento, era mi enfermedad.

Inmediatamente (octubre 2009) comencé con sesiones de quimioterapia (la famosa roja) y tras ellas vino la intervención quirúrgica (junio 2010) y después las 30 sesiones de radioterapia.

Pasados esos duros meses parecía que esa pesadilla ya había acabado. Comencé con mi tratamiento hormonal durante 5 años. Mi hija fue operada con éxito y ya no tuvo más problemas para respirar.

En junio de 2016 me presenté a las oposiciones de profesora de secundaria y logré aprobarlas con buena nota pero al no tener puntos de experiencia me quedé sin plaza fija.

Prometí que seguiría luchando por mi sueño pero, en septiembre de ese mismo año, lo que comenzó como un dolor de cadera y parecía que era una bursitis, se confirmó como metástasis ósea.

De nuevo y después de 7 años libre de enfermedad, el cáncer volvía a mi vida y esta vez para quedarse. Fue devastador. Yo tenía 40 años y mi hija 10. No podía parar de llorar y lo peor fue el momento en el que tuve que decírselo a mi familia, y especialmente a mi madre, marido e hija. Mi padre falleció cuando yo tenía 16 años, eso fue otro palo que me dio la vida.

Me tocó volver a luchar y coger fuerzas para seguir adelante.

De 2016 a 2017 llevé un tratamiento de quimioterapia en pastillas que logró controlar la enfermedad pero a partir de junio de 2017, esta se ha hecho fuerte y va progresando cada 6 meses.

En abril de 2018 invadió mi hígado por lo que ahora tengo el cáncer albergado en la mayoría de mis huesos y en mi órgano hepático.

Desde abril a septiembre de 2018 me sometí a una sesión de quimioterapia semanal muy agresiva pero seguí trabajando en el Instituto de Educación Secundaria Andreu Sempere de Alcoy (Alicante).

Cada jueves asistía a mi tratamiento de quimio y el viernes a las 8 de la mañana estaba en el centro. He dado clase calva, sin cejas, hinchada por los tratamientos y por la cortisona pero siempre he dado clase feliz, con una sonrisa y dando gracias cada día por ser tan afortunada y tener la mejor profesión del mundo.

El cariño de mis alumnas y alumnos era y es  mi mejor medicina y la mejor forma de aguantar la quimio.

"Me tocó volver a luchar y coger fuerzas para seguir adelante."

Foto de la historia de salud de Mª Amparo Luque, Cáncer de mama metastásico, Alicante, España

En septiembre de 2018 la enfermedad estuvo controlada y comencé este curso con la ilusión de volver al trabajo, pero en abril de 2019 el cáncer tuve una nueva recidiva y aumentaron los tumores en el hígado.  

Tuvimos que volver a quimioterapia en vena semanal (en la que continuo inmersa) pero, esta vez no se me cae el pelo (sinceramente para mí es lo menos importante pues el dolor óseo que tengo actualmente es horrible). 

En abril estuve bastante mal, pues falló un tratamiento de quimio oral en el que yo confiaba mucho y además tuve un problema al ponerme un catéter y me provocaron un neumotórax.

Cuando me recuperé, pese a las recomendaciones de la oncóloga y de mi familia de que desistiera de mi estudio y me dedicara a vivir tranquila el tiempo que me queda, decidí retomar la preparación de la oposición y luchar por mi sueño... mi plaza de profesora. Y ese sueño se ha cumplido. Hace una semana que he acabado esta oposición y he conseguido aprobar y tener mi plaza fija de profesora (funcionaria) de lengua castellana y literatura. ¡Qué alegría!

Sé que no me queda mucho tiempo de vida y que no llegaré nunca a jubilarme ni hacerme vieja en las aulas. La oncóloga me repite que me quedan pocos tratamientos y que cada tratamiento anterior me ha durado una media de 6 meses pero no quiero pensar en ello. Quiero vivir el momento. 

Estudiar la oposición de este año ha sido duro (muy duro) pero se ha convertido en mi mejor terapia y mi válvula de escape a la dura e injusta realidad que me ha tocado vivir.

Soy inmensamente feliz con mis adolescentes a los que cada día les digo que disfruten el momento, que se esfuercen, que sean auténticos y sobre todo, que sean "buena gente" (como a mí me gusta decir).

El cáncer me ha hecho ver la vida de otro modo. Esta enfermedad  me enseña que da igual no tener pelo, que no importa si tienes cejas o pestañas, que es indiferente pesar 5 kilos más o menos, que la apariencia no importa. Lo realmente notable es lo que llevamos dentro, lo que sentimos, deseamos y queremos. He aprendido que no hay que dejar pasar los días sin una sonrisa, que no está mal dar un beso, un apretón de manos o decir gracias cuando lo sentimos. He descubierto que la vida son momentos y que hemos de luchar por vivirla y hacérsela vivir lo mejor posible a todos lo que nos rodean. 

Desde que me diagnosticaron la metástasis en septiembre 2016 ha sido un gran apoyo para mí el grupo de Facebook de Cáncer de Mama Metastásico. Es cierto que es un grupo muy duro pues hemos perdido a muchas compañeras y cada vez que parte una de ellas es un trocito de nosotras que se apaga. Pero también es verdad que entre todas nos apoyamos en los momentos más duros, en la espera de las pruebas, en la incertidumbre de no saber qué va a pasar.

Somos una pequeña gran familia donde brota la solidaridad, la comprensión, el respeto, el compañerismo y el cariño.

Necesitamos investigación para seguir viviendo, para seguir luchando por nuestros sueños... 

Adjunto una entrevista que me hicieron hace poco con motivo de la graduación de mis alumnas y alumnos de 4º ESO. Esta es la grandeza de mi trabajo: recibir el cariño de esos estudiantes que son y serán el futuro de nuestro país y entre los que espero se encuentren quienes logren acabar con esta enfermedad que lleva 10 años conviviendo conmigo.

https://es.aleteia.org/2019/06/17/enferma-de-cancer-sus-alumnos-la-sorprenden-el-dia-de-fin-de-curso/

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