María Dolores Campo, Afasia, Madrid, España.

Afasia

"El olvido es una defensa para obviar el dolor"

María Dolores Campo

María Dolores Campo

Imagen de perfil de María Dolores Campo, Afasia, Madrid, España

Ya me temía que algo se avecinaba, no era la primera vez. En el pasado, mi madre ya sufrió un episodio crítico de salud. Yo era joven y su cáncer me pilló más por sorpresa; o quizás, no estaba tan preparada para una enfermedad grave.

Aquello sucedió más de veinte años atrás. En aquella época los procedimientos no se habían refinado como ahora. Supongo que les pareció prioritario, y los médicos asumieron un autotrasplante de médula, que salvó su vida.

Fue muy duro, especialmente duro. Para las dos.

Para mi madre, el cáncer fue el resultado de un divorcio muy complicado. Era la segunda separación matrimonial de ella.

En situaciones que nos resultan traumáticas, muchas cosas se borran de nuestra memoria. El olvido es una defensa para obviar el dolor. No puedo explicar todo con detalle. Sin embargo, aún hoy puedo visualizar imágenes de entonces. En casa la sujetaba por la espalda, mientras ella misma se inyectaba en la tripa para mitigar los efectos de la quimioterapia.

Por mi parte, yo soy hija única; así que, sólo nos tenemos la una a la otra. Y a mí, me pilló con mis propios problemas.

En aquel tiempo, justo tuve un cambio de trabajo. Me destinaron a una multinacional, por los idiomas; pero en el sector donde menos lo esperaba, el farmacéutico.
Menuda casualidad. Se produjeron circunstancias, digamos, incómodas. Conocí bien los entresijos de los laboratorios, porque me ubicaron en una unidad de nuevos tratamientos de oncología. 

Cuando todo pasó, proseguí mi andadura profesional por nuevos derroteros.

"Mi marido también lo ha vivido. Hemos pasado por lo mismo. Tarda, pero se recupera. Ya lo veréis. Creednos"

Foto de la historia de salud de María Dolores Campo, Afasia, Madrid, España

Lo decía al principio: ya me temía que algo se avecinaba. La segunda crisis importante de salud de mi madre dio la cara en forma de ictus, hace ahora seis años.

Acontecimientos previos me habían mostrado que ella se despreocupaba de su tensión arterial alta, a pesar de las advertencias para bajar el ritmo de estrés y cuidarse. Por eso, esta vez intuí que algo serio se aproximaba. No sabía cuándo, pero lo presentía.

Aunque cada una vivía en su casa, las dos manteníamos contacto muy frecuente. Ese día la había llamado a mediodía.
a fortuna quiso que el estudiante que ocupaba mi antigua habitación me avisara por teléfono, en la tarde. “Se encuentra mal, no responde. Llama a una ambulancia”. Avisé al 112 y salí disparada.

En Urgencias me encontré sin un pronóstico definido. Mi madre había sufrido una hemorragia y no sabían cómo iba a evolucionar.

Después he sabido que fue casi un milagro. El hematoma que albergaba su cerebro terminó por disolverse. A menudo tienen que abrir el cráneo, porque deben aliviar la presión que produce. Sin embargo, las consecuencias del ictus no le afectaron en forma de parálisis lateral, sino dificultades en el habla. Lo que se conoce como afasia.
Desde entonces han pasado años. Y lo recalco, porque es inevitable que pase bastante tiempo para una curación que es progresiva y muy lenta.

En la antesala de las terapias de soporte, encontré una voz amiga. Fue uno de esos días cuando se nos cruzó un matrimonio en el hall del hospital. “Mi marido también lo ha vivido. Hemos pasado por lo mismo. Tarda, pero se recupera. Ya lo veréis. Creednos”.

Hoy día estamos en otra etapa. No sabía cómo se iban a resolver las nuevas circunstancias.

Mi madre tiene dependencia y discapacidad.

Al cabo de dos años decidí alquilar mi apartamento y me vine a cuidarla.

Ahora me rio con ella (que no de ella), cuando dice algo gracioso, debido a los trapicheos de su lengua. Esos momentos se convierten en multitud de anécdotas, que tendré a bien recordar mañana.

Mi madre es para mí un auténtico ejemplo de supervivencia y lucha. Aunque no escondo que hubiera preferido algo más de vivencias y disfrute.

Ánimo a todos. Sea lo que sea.

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